El Real Madrid ya perfila su gran objetivo para el próximo verano: reforzar el centro del campo. Con las salidas de Toni Kroos y Luka Modric marcando el fin de una era dorada, la directiva blanca busca un nuevo cerebro capaz de liderar la medular en los próximos años.
Durante meses, el nombre de Rodri Hernández ha encabezado la lista de deseos del club. El internacional español encaja a la perfección en el perfil que busca el Madrid: jerarquía, equilibrio y experiencia en la élite. Sin embargo, su fichaje se antoja casi imposible. El Manchester City no contempla dejarle salir y, según fuentes internas, planea incluso renovar su contrato más allá de 2027. La operación, además de compleja, sería económicamente desorbitada.
Ante ese panorama, el club ha reactivado el seguimiento a una promesa que ya conoce la casa: Chema Andrés. El centrocampista valenciano, formado en la cantera madridista, ha sorprendido en el Stuttgart con su madurez y visión de juego. Su progresión en la Bundesliga ha llamado la atención de los ojeadores blancos, que valoran seriamente su regreso por unos 10 millones de euros.
Aunque todavía no se ha tomado una decisión definitiva, en la zona noble del Bernabéu existe consenso en que el equipo necesita reforzar su construcción de juego. Los técnicos analizan varios perfiles jóvenes con proyección internacional, y el nombre de Chema se ha colado con fuerza entre ellos.
El futuro mediocentro del Real Madrid aún no tiene nombre, pero todo apunta a que el club está dispuesto a apostar por talento emergente antes que por grandes operaciones imposibles.
